Amor y Dolor, Ardor y Olor, Escozor y Estupor…
Por amor, uno es capaz de hacer muchas, muchas cosas. Cosas muy locas… cosas como ésta.
Por amor, uno es capaz de hacer muchas, muchas cosas. Cosas muy locas… cosas como ésta.
¿A quién no le gusta Juego de Tronos? Es una serie emocionante. Giros bruscos de guión, gente hincando el pico a cascoporro (quedándose moñecos de las formas más diversas y espectaculares), magia negra como pa matar a un burro, sexo magalúfico a raudales y un desprecio absoluto por el sentido común. Hay que reconocer que mola… pero a lo mejor nos estamos pasando un poquito la con la matraca, amigos:
Tu creías que el planchazo de 2008 de tu hermano pequeño (“el Idiota”) en la piscina municipal había sido histórico. Tal vez, la de tu cuñado (“el Consejitos”) durante vuestra escapadita a Ibiza en 2012, será rememorada en incontables celebraciones familiares (lo que te servirá para amortiguar la anécdota de que te cagaste encima en la boda de la Laura y que en el bautizo de tu sobrina ibas tan ciego que measte en un confesionario…).
No tienes ni puta idea, colega. Atiende a la coyunda, que te la traigo a 60 fotogramas por segundo:
Viernes. Te vas a comer la noche. Ya hace rato que dieron las doce. Tu canción favorita suena a toda virgen en tu pub preferido… Entonces la ves, es preciosa. Levanta la mirada y te sonríe. Tras un rato de cháchara insustancial, decidís iros juntos del garito… ¡A su casa! ¡Has triunfao! Entráis, atravesando de puntillas el corredor del apartamento en dirección a su dormitorio. Tú ya lo sabías. era demasiado bonito para ser verdad. Al echar un vistazo a tu alrededor, esto es lo que encuentras por todas partes:
(Las fotos fueron descubiertas en su hábitat natural por Adriana, que es una crack)
1. adj. Dicho de una persona: Que se obsesiona patológicamente y se queja cual energúmeno por cualquier gilipollez (completamente ajena a la susodicha) que no encaje en absurdos cánones aprendidos a través de la publicidad o el peor cine de Hollywood, atribuyéndose una cierta superioridad moral, mientras se permite ser infinitamente negligente en todas las facetas de su vida y comportamiento.
perfeccionista
(Del griego cretinopoulos jilipoyakis)